miércoles, 23 de junio de 2010

SACERDOCIO POLÍTICO

SACERDOCIO POLÍTICO
El gran negocio de la persuasión social

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Lo inexplicable es mi único sustento”.
E. M. Cioran.Un político es un sacerdote disfrazado de civil, un demagogo que hace de su ideología una payasada religiosa.
Fácil de comprender, la cosa es sencilla. Así como no te toparás nunca con un sacerdote creyente, jamás encontrarás a un político que diga la verdad.
La verdad no es asunto de iglesias ni de partidos políticos. Quizá ni de la especie humana.
Los políticos y los sacerdotes saben muy bien el negocio y trabajan para él.
Poseen, como todo gremio, su secreto profesional.
Si Jesucristo murió y conservan su momia multiplicada en cada templo, pues para algo tiene que servir…
Si el Che Guevara murió y conservan su rostro multiplicado en cada playera, pues para algo tiene que servir…
Por algo Kapuscinski bien escribió “Jesucristo con el fusil al hombro”, un sarta de verdades ilustres en contra de la Derecha.
Por algo Jorge G. Castañeda mal escribió El Cristo Rojo, una sarta de mentiras opacas a favor de la Izquierda.
El sacerdote lleva la plata al molino de la fe y el político cobra en oro el peso de la esperanza.
Y en ese circo económico, que promocionan las democracias -- con licencia del cielo y anuencia del infierno --, hay ganancias para todos.
Claro, a unos se les darán las llaves de las puertas del Edén Privado y a otros las llaves de las puertas del Erario Público.
Si Jesucristo vivió, lo mataron los judíos; pero, a través del alborotado discurso bíblico y de la falsa persuasión de la Palabra, hay que mantenerlo trabajando: sangrando en la cruz.
A la política le pasa lo mismo: la promesa de esperanza se convierte, a través de la alharaca partidista y de la falsa persuasión del discurso, en una Urna donde hay que depositar los anhelos sociales.

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