miércoles, 30 de junio de 2010

MANDA DECIR AL PADRE

MANDA DECIR AL PADRE
El vuelo en la tempestad de Ernesto Muñoz Acosta

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

"¡Qué vanidosa es la pintura¡. Acarrea admiración por medio de su parecido con cosas que en el original no admiramos".
Blas Pascal.Se ilumina el alba en una procesión de limones en el desierto y todo salta de lo enmarcado como un juego de imanes sin estribos. Cada ensamble es un mordisco de los años, un ataúd con música de colores y respiros que galopan en los enjambres.
Sonoro de mares, la noche manda decir el Padre y el hermano duerme. El vuelo arranca unas páginas de los abanicos y sobre los maullidos del sol negro un vino se derrama.
Desaparezco sobre mi cabeza y estoy en el vestido de Frida Kahlo acariciando los pétalos húmedos de un poema de Carlos Pellicer... El rosa es el nombre de un clavo con finísima arena de pelos de tigre.
Muñoz Acosta me hace un perseguidor de globos en el fondo del océano, mientras él es una cometa de pájaros de piedra que vuela en la tempestad de los silencios.
No hay caminos, sólo la desnuda serpiente que dicta el pincel, la llamarada de dijes y polainas, y de relicarios que escapan de la laguna teológica de las monedas.
No soy más, todo se destiñe ante el ancla del color. La muñeca le toma el pulso al chaleco y la velocidad se desmorona como un trago de relojes en la garganta. La sinfonola desea llorar un luto alegre de pájaros en la nieve, pero la esperanza levanta su vestido y el resplandor es un muslo donde tejen el amor ángeles diminutos...
Ernesto Muño Acosta canta el quiosco de la mortaja en los labios de la luna. El mascaron busca la proa en nuestra mirada. La mar está cantando, y afuera las piedras tienen cara de trenza, la admiración de un árbol que aceptó la paz en un murmullo: el Vuelo de mi Hermano... Eso es lo que la noche manda decir al Padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario