Replanteo una vez más las vitales razones
que me orillan a Votar
Rael Salvador
rael_art@hotmail.com
“Por las cosas mejores. Las peores ya las conocemos”.
Achaval.

Como seres sociales, inmersos en la mundialización -- pocas veces modernizada -- de las dos últimas décadas, nos abrimos a nuevos modelos de instrucción y competencia, activismo y solidaridad. Arribamos a un nuevo siglo, y a un nuevo cambio de reglas -- no hegemónicas --, donde una vez más el humanismo histórico nos ofrece la bienvenida. El reto actual es diseñar la arquitectura que sostenga la conciencia en compromiso que incite el salto social hacia el bienestar... Entendida como un instrumento de formación e información, la turbia generosidad de la tecnología nos evidencia de nuevo, a través de sus escurridizos web de sabiduría, la barbarie del trabajo duro en la miseria (muchas veces enclavada en el acto apolítico), instalándonos en un punto de mira que nos permite observar que, evidentemente, el cambio social no vendrá de un Estado-providencia sino de una concientización de responsabilidades ciudadanas...
Y es aquí, en el acecho del consumismo y el resquebrajamiento de la religión como refugio, en el recuperado nihilismo de la juventud apática y el evidente desmoronamiento de la esperanza social, militarizada y empobrecida, donde replanteo una vez más las vitales razones que me orillan, como profesor de escuela y ciudadano preocupado por el presente y futuro de su descendencia, a tomar la decisión de Votar, de votar en contra de una dictadura disfrazada.
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