miércoles, 16 de junio de 2010

LA CLAVE: INQUIETAR

LA CLAVE: INQUIETAR
Si así es con la pluma, imagínenlo con un cuchillo…

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“No entiendo para qué sirve la calumnia; si se quiere insultar a alguien, basta con decir alguna verdad acerca de él”.
Friedrich Nietzsche.Inquietar, esa es la palabra.
Un escritor debe ser capaz de inquietar, tanto a sus lectores como a su mamá.
Y si no es así, tendrá que encontrar el compromiso en otra disciplina, en otra profesión, en otro derrotero.
Ni el amor, ni las dudas, ni las deudas tendrán ingerencia para dejar de ser un refinado filósofo del insulto, con gabardina a lo Camus y botas de gatillero Western incluidas (o si el cartonista Adrián Osuna así lo determina: en huaraches hippiosos).
Qué remedio…
Un canalla ilustre, dominado por la exaltación prohibida de los adjetivos que no celebran verdades a medias sino realidades rotundas: al vino, vino; al culo, culo.
Improperio de fina alcurnia y modesta ocultación, como si todo ello significara la vida o la muerte, o viceversa.
Así es el oficio, la contención es otra cosa.
Vals de las tinieblas, eso de tener pesadillas no va con él, para volverse loco basta con registrar a diario el desastre cotidiano en el que ampliamente se invierten, pervierten y divierten sus congéneres.
Mark Twain fue uno de ellos, Cortázar lo secundó.
Y, sin lugar a discusiones vanas, la maestría la consolida George Bernard Shaw, el loco ganso barbado que, cuando terminó de leer la última página de la Sagrada Biblia, se regresó inmediatamente a la primera para escribir: “Ten cuidado del conocimiento falso: es más peligroso que la ignorancia”.
Sí, después vendría Roberto Bolaño. ¡El detective salvaje, el niño mimado de Dios y Herralde!
Y, caso perdido, de principiante no salgo yo.
Para volar no sólo hay que ser poeta, sino que se necesita tener huesos de pájaro…
Aunque la gente diga, la mala lengua de la gente: “Si así es con la pluma, imagínenlo con un cuchillo…”

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