NEO ANALFABETISMO AMBIENTE

NEO ANALFABETISMO AMBIENTE
Gracias a la muerte, la vida cultural de Ensenada es
una imperfección transitoria

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Vivir es esta dulce disolución en vano”.
Justo Navarro.
Redactar, el acto literario de entretejer, es vincular el imaginario del pensamiento con algo concreto.
Así, en la palabra, el fantasma de los hechos toma cuerpo, intenta traducir la realidad a la lectura para obtener de ella una serie de emociones ambiente.
Esto tiene que ver plenamente con el conocimiento, con la cimentación -- la sólida argumentación del terreno --, que es el sostén y plataforma donde se elevará la catedral de las ideas, ventanales y portones abiertos a la colorida belleza del pensar.
Pero cuando el desconocimiento es lo que nos habita, el vacío movedizo y precario -- no apto para la arquitectura intelectual --, no existe punto de apoyo para izamiento alguno y la aguja de la capilla retórica se queda tejiendo simulacros, imposturas y banalidades pedestres.
No ofreceré ejemplos: el Sistema Educativo Estatal (SEE) y el Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) y filiales anexas podrán sentirse aludidos, pero serán ellos mismos -- con facturas reales y estadísticas fieles, y la providencia quiera, a través de auditorias ajenas al nepótico contubernio gubernamental -- quienes determinen en qué diablos se les va el dinero de los contribuyentes sin obtener impacto alguno en materia de Educación, Arte, Humanidades, Ciencia y Cultura.
Y no hablo de lo fincado en lo nefasto, favoritista, corrupto, deshonesto, arbitrario, traidor, pobre, mediocre, pueril, inepto, indignante, déspota, frívolo y autoritario de sus pusilánimes, chabacanas y engañosas exhibiciones públicas.
Ya lo mencioné, no me extenderé en pleonasmos -- hablar mal de lo que está mal -- sobre el paradigma del Partido Acción Nacional (PAN), que es modelo relumbrón, muy estilo distorsionador sonriente, es decir “sorprendependejos”.
Lo sabemos, el Capitalismo es un sistema profundamente analfabeta, y Ensenada es más analfabeta aún que el Capitalismo. Entonces, en tales circunstancias, la ignorancia profunda de una sociedad culturalmente tan degradada como la nuestra, inconcientemente ajena al carácter de competitividad que exige el nada inocente Siglo XXI -- donde a los expositores, talleristas y conferencistas nacionales e internacionales se quejan alevosamente de no poder aterrizar su discurso --, no le queda otro derrotero que dejar de existir para nacer de nuevo -- renacer política, cultural, educativa y artísticamente -- y, a su vez, agradecer a la insobornable muerte que la vida sea tan sólo una imperfección transitoria.
Así, algún día, inevitablemente, el “hueso” se hará polvo.