domingo, 2 de mayo de 2010

SOÑÉ QUE SOÑABA

SOÑÉ QUE SOÑABA
¡Diablos, hay veces que prefiero vivir despierto!

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Sueños hay que verdad son”.
Calderón de la Barca.
Soñé que, aprovechando el puente, las profesoras ya no saltaban de la cama, se vestían y salían a trabajar, sino que ahora se desvestían, saltaban a la cama y se ponían a trabajar.
Soñé que la clase política y otros salvapatrias hacían versos, se pintaban los labios de diamantina azul y declamaban mariposas de hambrienta melancolía en la Esquina de la Democracia.
Soñé que el Palacio Municipal se incendiaba en una danza de llamas populares y una alegría repentina hacía que la gente se refugiara con metralletas entre las los bache-trincheras de las calles.
Soñé que el PRD veía el instante primaveral de la luz eterna y sus miembros desayunaban sin estrellarse los huevos en la cara.
Soñé que la misteriosa prosperidad del Narcotráfico le vendía pantaletas rosas a la iniciativa privada y con ellas hacían una resuelta celebración de dicha fugaz.
Soñé que la Iglesia de Piedra se volvía de bombón con jarabe de margaritas y los cerdos que pasaban por el lado de la calle le mordían las paredes con una fruición de náufragos federales.
Soñé que el PAN rentaba ranchos para almacenar burros orejones, luego les ponían corbatas, les pulían las pezuñas calvas y los hacían funcionarios públicos.
Soñé que el CEARTE traía la obra de Salvador Dalí y el público la descolgaba y se la comía juntos con los vigilantes, mientras la administración del recinto oficiaba una junta con jabalíes tuertos que cumplirían años en el mes de mayo.
Soñé que el PRI cambiaba el rubro público por el de una funeraria y recibía un enorme ataúd donde se encontraban todas las banderas del país.
Soñé que los estudiantes más allá del mundo del consumo, retomando las lecturas de Marx, Sartre y Marcuse, a la vez que nalgueaban la escolaridad como si esta fuera una estructural y sociológica muchachita burguesa.
Soñé que los 10 millones 710 mil 686 pesos dedicados a infraestructura de 24 aulas y 4 composturas sanitarias eran desviados a Desayunos Escolares para que los alumnos y los profesores no murieran de la brutal hambruna rural.
Soñé que los más de 27 mil familias que viven en pisos de tierra se integraban a un Programa de Gobierno que les ofrecía semillas para que en ellos sembraran hortalizas y otras verduras de temporada.
Soñé que la Gasolina bajaba de precio mientras los autos subían la cuesta de enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre tocando sus bocinas musicales mientras la llantas giraban infladas de alegría.
Soñé que el Centro de Gobierno era un castillo sin ventilación, calles que se derruían sistemáticamente, siempre rodeado de palomas danzarinas y aguas negras.
Soñé que la droga se legalizaba y que la Secretaría de Turismo convertía al país en un paraíso comercial de los EEUU.
Soñé que una mujer me amaba pasionalmente pero era sólo una gotera que caía en mi boca y un perro que a lengüetazos bebía agua de ahí.
Soñé que este año recibía el Premio Nobel de Literatura y que el ex Jefe en Culo del Departamento de Educación Primaria me daba permiso para ir a recibirlo.

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