martes, 18 de mayo de 2010

CIUDAD LUMPEN

CIUDAD LUMPEN, 128 AÑOS
Criadas fodongas y prestos sirvientes con declinable
facha de mendigos aseados

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Cuando el gran señor pasa, el campesino sabio hace una gran reverencia y silenciosamente se echa un pedo”.
Proverbio etíope.La vida es esta mugrosa apariencia de mermelada de cemento, de cables desconectados por falta de pago y agujeradas callejuelas que asemejan el rostro picado de Frankenstein, donde la gente, más corriente que común -- sin solvencia ni trabajo, ni puta esperanza --, desempeña el pervertido papel secundario de una desagradable novelita lumpen.
Monumentos levantados con la dorada mierda del silencio, vergüenzas públicas entronadas para la contemplación sumisa del pueblo humillado, del que ya no se esperan “revoluciones”, ni siquiera protestas o manifestaciones callejeras -- ¿Huelga? ¡Por Dios, es la primera vez que aterriza en sus sucias orejas esta palabreja! --, pues les resulta más redituable cumplir con sus obligaciones de criadas fodongas y prestos sirvientes con declinable facha de mendigos aseados, haciendo no sólo lo que se les ordena hacer, sino pensando lo que el “Poder” quiere que piensen.
Son los in-funcionarios públicos, los invitados “pedigrí” y los achichincles flagrantes -- cronistas (que se olvidaron de otros tiempos) e historiadores imprecisos y demás relleno acomodaticio --, y así Celebran el dudoso 128 aniversario de Ciudad Lumpen ante lo acedo de la estancada miseria y la nata de agua coloreada por el aceite tóxico de los transbordadores -- ahora ya inexistentes --, bajo el puente “Bicentenario” (temerosos a que se venga abajo con la firme dureza con que caen en los escritorios los billetes del soborno), en el “Paseo Riviera” -- antes picadero y “hogar” de los vencidos --, acomodando sus aflautados y rubicundos traseros hemorroidales en la fría realidad de la tronadera nocturna.
-- Travestí político --, me dice el Hombre Perro, alias el “Fonseca”, sacando medio cuerpo del bote de basura --. Míralos, después de repartirse los “cargos”, se engalanan y se premian entre si, porque lo único que tienen de “Ciudadanos Distinguidos” no es solo la falsa grandeza y la inutilidad de sus oficios, sino los apellidos que, si bien la PGR (Procuraduría General de la República) no se hace pendeja en su cohecho y contubernio, puede encarcelarlos indefinidamente por tanto delitos de “cuello blanco” como han cometido los cerdos desgraciados.
-- Déjame preguntarte algo, “Fonseca”: ¿Qué diablos es lo que hace el Pueblo, “festejado” estúpidamente con su “lana”, para evitar estas simulaciones, donde ni siquiera es invitado, mucho menos bienvenido?
-- Ante la demasiada conformidad, lambisconería y abuso de estos funcionarios (que no funcionan), que sólo así se sienten “ciudadanos”, nosotros exhibimos lo que ellos han hecho de nosotros: aquí o allá, o en los cruceros de las grandes avenidas. Nos invitamos solos. Queremos que miren nuestra fealdad, nuestra suciedad, que sientan el olor de nuestro sudor amargo, de nuestro alcohol, de nuestra droga violenta, todo mezclado con los orines rancios de nuestras criaturas muertas de hambre y desfallecientes de aullar deseos innecesario; que nos observen haciendo nuestras fritangas de sus desperdicios, durmiendo, cogiendo y cagando en los lugares lindos donde estos bonitos “falsarios” pasean y viven… Que, al no saber hacer nada -- ni siquiera pedir limosna --, roban. ¡Roban y engañan al Pueblo!

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