sábado, 29 de mayo de 2010

CONSTELACIÓN DE LA VIRGEN

CONSTELACIÓN DE LA VIRGEN
Historias de las playas del mundo

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

"La gélida luna, como una Ostia, se disuelve en el paladar rosado del cielo”.
Oirad Solrac.
Las olas se desvanecen en la orilla y el rumor de su música alegra a los peces. Es de noche y la playa es un terciopelo tibio donde bailan las flores marinas. Centellea la luna y, mientras con una vara trazo mi nombre en la arena, la Tía señala un cúmulo de astros en el cielo y me pide que me acerque a su lado…
-- Ven, hija. Quiero mostrarte algo.
-- Voy, Tía...
-- Siéntate aquí y mira esas estrellas que deslumbran junto a la belleza de la luna -- y las dos nos acomodamos en una pequeña duna con los ojos puestos en la oscuridad abierta.
-- Brillan mucho…
-- Si te fijas bien, te darás cuenta que esas estrellas que palpitan llenas de gracia forman algo muy sagrado para nosotras dos.
--Sí, Tía… ¡Es como si con esas estrellas se formara el manto de la Virgen!
--Así es, amor mío. Es la Constelación de la Virgen, tejida en luz de plata en el manto de la noche para que nos ilumine el camino de nuevo a su regazo…
Las dos nos quedamos en un silencio resplandeciente, observando el cielo divino que siempre permanecerá, mientras el mar arrulla nuestro cálido abrazo.
Frente al horizonte marino, ahora el dulce incienso de sal me llama a recorrer los sendero de espuma que me obsequiaron sus enseñanzas…
El oleaje se mezcla con los acordes de una guitarra y, sin dejar de mirar la noche estrellada, el corazón de la poesía que se canta alrededor de la fogata me hacen sentir que está cerca de mí, que nunca partió…
Y digo, muy quedito, como queriendo respetar siempre su descanso: La luna es un faro para los navegantes, como muchos otros astros. La Constelación de la Virgen… la Oración iluminada que guía nuestros caminar hacia Dios y al seno de su presencia infinita, Tía querida.

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