viernes, 22 de enero de 2010

PAN Y ROSAS

PAN Y ROSAS
Y mira que te lo tengo dicho…

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Pero no basta con conocer la
posibilidad;es preciso amarla”.
Simone Weil.

De aquí para allá, desatendiendo el acomodo espectacular de mis libreros, me la he pasado recorriendo el falso vacío de la ciudad.
En una de esas caminatas sin oficio he encontrado el beneficio de algunas interrogaciones importantes que la gente se preocupa en cuestionar.
Estoy en la explanada de CEARTE (Centro Estatal de las Artes, Ensenada) y un joven se acerca para saludar y, a su vez -- sabiendo de mis oficios --, preguntarme el por qué de tanta pobreza y miseria en la vida.
-- ¿Por qué los Políticos son tan lángaros? ¿No ven lo madreado que tienen al país?
Y, mirándome fija y profundamente a lo ojos, agrega: “Si de verdad fueras un ‘gran’ escritor, tendrías que hacer algo para que esto no sucediera”.
Quise recriminar su mala lectura sobre mi artículo “La Conciencia de las Palabras” de Elias Canetti, pero sentí vergüenza.
-- Mira, Luis, nosotros sólo proponemos. Quienes tienen realmente la solución para que los Políticos cambien son quienes los manipulan.
Pero sólo logré sentirme más apenado. La justificación que le ofrecía era intelectualmente propia, pero reculaba de manera cobarde en lo esencial.
-- Aquí existe un dilema sencillamente ético -- recompuse --, que involucra el desarrollo tecnológico ignorando las necesidades de los pobres y que hace más amplia la brecha entre la miseria y la riqueza. Es palpable que la riqueza que ignora a los que menos tienen los obliga a pagar más por sus rentas, por la atención médica, por la alimentación, por la educación… Y todas estas son decisiones legisladas, políticas, que sólo reflejan marcados intereses personales, como la “Telecomunicación” abusiva del Sr. Slim y otros mercenarios de corbata que puedes ver muy campantes en los cafés de la ciudad. ¿Y darás de marrazos a cada Celular que veas? No, eso pondría en desventaja a los más jodidos y los dejaría fuera de las competencias existenciales, a costa de pagar por ella.
Dadas las circunstancias, mira que te lo tengo dicho… El dinero es una religión que apesta todo lo que toca y que sólo la sabia utilización lo puede purificar.
Pan y rosas, luego lo demás.

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