viernes, 29 de enero de 2010

ISLA GUADALUPE

ISLA GUADALUPE
Oasis de piedra y hierba para el constante descanso de la luz

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“La poesía no tiene que hablar de la realidad
porque ella misma es una realidad”.
A. Gamoneda.Debajo de esa extensa soledad esmeralda, debió de existir una improvisación de jazz volcánico para dejar una isla parada en hermosos acantilados de angustia.
En tiempos primigenios, tal era la magia de aquel entonces, la creación debió de agitar sus inabarcables cimientos omniscientes, dejando sólo esta diminuta cabeza de continente, propiciando así un escarpado oasis de piedra y hierba para los constantes descansos de la luz.
Como su nombre lo indica, Isla Guadalupe es un “río de piedras negras”, una cordillera subacuática que sobresale en su extrema altura para festejar su corona de cabras en el Monte Augusta.
Las imágenes paradisiacas, que aquí se dejan crecer con deleite fugitivo, muestran su extraña belleza, rica de soledad y silencio numinoso, de lejanía concertada e imponente intimidad.
De un momento a otro, reptantes mareas de niebla restablecen el orden de la blancura y el acantilado nos sirve de vigía ante el espectáculo de la recreación del mundo.
Tortugas vegetales, en una sobrenatural previsión geométrica, siembran la llanura con un impetuoso encanto lúdico; y, a esa hora cuando el alma solicita su recogimiento, la combustión invisible del ciprés enarbola los crepúsculos en una magia de dóciles llamaradas, abriendo al hombre hacia la noche...
Los elefantes y lobos marinos, de bruces descansadas, adiamantan la espuma circundante de la isla, permitiendo a los espectros de las viejas cabras iniciar su eterno ritual de ecos dentellantes...
Entonces el fotógrafo de paisaje, jurando no ocultarnos nada, desarraiga las horas en la contemplación y registra esta bella danza de colores acuáticos y celestes, tamizados de agrestes precipicios...
Su repartida responsabilidad ecóloga hacen del mundo un círculo de luz y coronan con él nuestra Isla Guadalupe.
La última marejada de su arribo reciente está aquí, rompiendo su tinta frente a tus ojos...

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