viernes, 22 de enero de 2010

HACERLE AL ENSARAMAGO

HACERLE AL “ENSARAMAGO”
Coherente distinción a mi sangre roja

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“No hay normas para denunciar la injusticia”.
Eduardo Galeano.
Que le hago mucho al “enSaramago”, sí.
Deliciosa queja que la tomo como una distinción coherente, pues en términos de criticar con argumentos y actos que amparen al marginado, me enorgullece decir lo que piensa y, por si fuera poco, hacer con él lo que escribo y defiendo.
Es decir: lo que creo.
Sentencia con orgullo Harold Bloom: “José Saramago es el novelista más dotado de talento de los que siguen con vida... uno de los últimos titanes de un género en vías de extinción”, lo que hace más valiosa su correspondencia.
Y, en lo que respecta a la pobreza, México es mi fábrica lamentable.
Doloroso que sea así y, más allá de sólo pensarlo y decirlo, tener que admitir la desgracia de sus limitaciones en carne propia.
La vida me ha enseñado que los árboles pueden convertirse en muebles… y, así les ofrezcamos todo el dinero del mundo, los muebles no se pueden convertir en árboles.
No tengo precio: Cardenal en Roble de ramas torcidas, jamás “enDerecha”.
Me enGaleano en hacerle al enSaramago y por Marx que digan: “Luxe(m)burgo”, Che que jamás dejaré de ser un Engels.
Mamón y, para acabarla de joder, defensor del discurso del dirigente obrero estadounidense Samuel Gompers --creador de la asociación de sindicatos American Federation of Labor (AFL) --, que en sus lúcidas interrogantes y certeras demandas concentra lo que debería ser la actual condición del hombre:
“¿Qué queremos los trabajadores? Queremos más escuelas y menos cárceles, más libros y menos armas, más aprendizaje y menos vicio, más ocio y menos codicia, más justicia y menos venganza, queremos más oportunidades de cultivar lo mejor de nuestra naturaleza”.
¡Por miedo al hambre, no pierdas la libertad (aunque sólo sea de expresión)!

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