martes, 23 de febrero de 2010

"PANcracia"

“PANcracia”
Políticos sin mérito ciudadano

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“La sociedad está llamada a proteger la Democracia”.
Condorcet.
Algunos personajes, de escasa monta ciudadana y menguado profesionalismo, por no decir arbitrario, que arribaron a la política por los azares de la lambisconería y la subordinación, ahora se paran el cuello en puestos relevantes que, desafortunadamente, bajan, fondean, al nivel de sus incompetencias.
Modestia insolente, el que esgrime que “nadie nace sabiendo”, que ya en el puesto (re)encomendado los “entendidos” -- náufragos de la burocracia -- le dirán cómo mantenerse a flote, cómo funciona el “asunto”, cómo deben de hacerse “aquí” las cosas.
¿Qué es lo que sucede? ¿Qué es lo que realmente pasa en los meandros nebulosos que cobijan la disfuncionalidad de tal dependencia pública?
Muy sencillo, la historia de la incapacidad se repite: el “babas” en cuestión se irá resguardando en un discurso mentido, aprendiendo a afinar su “vista gorda”, a tolerar con displicencia jerárquica los desmanes administrativos y a dejar pasar lo que tendría que detener, si contase éste con algo, un poquito, de solvencia moral.
Así sucede en cada cubículo del H. Ayuntamiento y en cada una las dependencias de Gobierno del Estado, desde Comunicación y Cultura, hasta el Registro Civil, llevándonos de paseo por el Sistema Educativo (incompetente en todos sus niveles), englobando -- para no hacerles el cuento largo --, en sus probada y ordinaria ineficacia, la categorización de las demás servicios que deberían estar para el exclusivo auxilio social (¿No dice eso la llevada y traída Constitución?).
¿Dónde se pule esta demasiada imbecilidad? ¿De dónde diablos saca el PAN tanto tonto y tan pronto? ¿Es el producto de nuestras Universidades públicas y privadas?
Que tal Doctor, que tal Químico, que tal Licenciado, que tal Profesor, que tal Ingeniero… ¡Pura basura cósmica! ¿Cuándo se ha visto que un Título quite lo pendejo?
Indefensos ante la crítica, pero resguardados por quien estratégicamente los puso en ese lugar, cobran sumas estratosféricas por el trabajo que no realizan (mas el botín supremo no es el monto económico, sino el sacrificio de la Cultura, la decadencia de la Civilización, la muerte de la Nobleza de Espíritu).
Porque es lo que quiere es Estado y su “PANcracia”, que lo condiciona desde la Escuela a la sumisión, la delación (andar acusando hasta a los amigos) y al consumo desenfrenado.
Luego, no sabe vivir de otra manera.
Ascendido por jerarquía utilitaria, el arribista disfuncional “funciona” sólo a los intereses y caprichos del Poder.

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