miércoles, 3 de febrero de 2010

EL COLOR ES UN MISTERIO DE LA LUZ Y LA LUZ UN SECRETO DE LA MÚSICA

EL COLOR ES UN MISTERIO DE LA LUZ
Y LA LUZ UN SECRETO DE LA MÚSICA

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Pinta como quieras y muere feliz”.
Henry Miller.

La gota de sangre, una voz. En su espectro, la luz, un coro.
Nace el creador de la naturaleza primigenia; como artista, vibrando en los filamentos del hombre, no confunde su muerte con el fin del universo.
Queda el cuerpo expuesto al viento radioactivo: disolución, interjuego. Nada comprende, nada lamenta, sólo utiliza su mente como un espejo: Avatar.
El color es un misterio de la luz y la luz es un secreto de la música. Unidad enigmática que trasciende el entendimiento, pero que no deja de experimentarse.
Dúctil, como la sexualidad, la placenta del reflejo nos hace Uno en la multiplicidad de gemas que resplandecen en la red cuántica del todo. Entonces, agradeciendo al artista, restauramos el silencio por medio de la luminosidad y experimentamos, a través del símbolo y su acertijo, la trascendencia de los elementos.
Si la pintura funciona, el destello se queda atrapado como una sonrisa oceánica en medio de la noche. Se hace la luz y con la luz el entendimiento de las sombras.
Se sobrevive a la regresión profunda, a esa inmersión asistida. Nada queda a la deriva, pues la realidad del arte es sólo el aura de un sueño que se experimenta en la materialidad de la obra presente: tiempo, oscuridad, accidente, artista, dolor, reminiscencia, expresión, estallido, complicidad...
Ante el dulce cristal roto de la imaginación inducida, nuestra razón moderna se asemeja más al acto pictórico: una mitad sumida en el esplendor de la noche y la otra bañada siempre por una luz impura. ¿Dónde quedó la luna? Un siglo antes que Pink Floyd, Robespierre exclamaba con lúcida agonía: “La razón se parece al propio globo que el hombre habita...”
Recordemos que para vivir fuera de la ley universal hay que, por lo menos, ser un artista... Malo o bueno, poco importa. Dirá Picasso: “El arte es una mentira que nos hace acceder al arte”. Comprendido lo anterior, sólo resta exprimir la luz del corazón en la oscuridad del silencio.

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