domingo, 4 de abril de 2010

LA FELICIDAD NO CAMBIA DE HORARIO

LA FELICIDAD NO CAMBIA DE HORARIO

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Anula las pasiones con energía, no con razonamientos”.
Séneca.La felicidad no cambia de horario, permanece en la programación habitual de la existencia.
De ahí que las estrellas de la noche se despidan con la serena claridad de regresarnos el mundo renovado.
El mundo maravilloso donde vuelvo a ver al potrillo resoplar el vaho en los trigales.
De ahí que los insectos se me vuelvan alhajas orgánicas de otras dimensiones, mientras el resplandor de la mañana saca a tender al fresco el bordado de sus sábanas rosas, platinadas y amarillas.
Este mundo mágico de volver a sentir el camino dorado de la luz en las mejillas y que en su paso alegre no deja otra cosa que polen en tus pestañas.
De ahí que el pájaro gorgotee el canto de su diamantina, iluminando el árbol de la vida… ¡Bach en el órgano psicodélico de los 60’s -- tocando teclas que sueltan colores y aromas desde mismísima mística del Paraíso --, acompañado de la dulce histeria de un Beethoven metido a vocalista, seguido de la rabioso guitarra eléctrica del joven Mozart, mientras Shumann, el amado Shumann, el queridísimo Shumann, le pega bofetadas de oro estridente a los platillos!
Este mundo, donde decía -- antes de la complaciente intromisión de mi licencia de auténtico Rock Clásico --, que aprender a sonreír es una campana de cristal que desactiva el tiempo en una ola de rosas… que revuelca nuestra adormecida cabellera de acuáticas hierbas crecidas.
Este mundo, que no es otra cosa que el vuelo de un instante en el océano inmóvil del universo.
La estrella fugaz del relámpago de una lágrima, que escurre en su tibio y diminuto espejo cóncavo el rostro de toda la existencia.
¿Cómo no vernos en él? ¿Cómo no aparecer en teatro bondadoso de esta agua bendecida de luz y maravillas?
La viva fugacidad de la duración.
De ahí que el mar sea como el eterno regreso de los amantes (el pececillo de la lengua hurgando el carmesí constante de la unión y sus umbrales). El mar, este desgraciado de espuma cósmica que mueve las piedras hasta la redondez de los planetas y tus nalgas.
¡Lirios y lunas, gacelas, delfines, seda, hormigas, conchitas en la arena, manos en las manos, camisas al viento, abecedarios y la espiral láctea del caracol! ¡La realidad que desconstruye las apariencias! ¡El énfasis secreto de una geografía iridiscente que la poesía trasmuta en llave de palabras para que puedas abrir la vida con tus propios ojos!
La felicidad no cambia de horario, permanece en la programación habitual de la existencia.

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