martes, 20 de abril de 2010

CABEZA PÚBLICA

CABEZA PÚBLICA
O Drácula mamando desde el sótano

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Progreso, sí; tiranía, no. La política se acompaña del progreso material ciudadano”.
J.F. Kennedy.
N
o soy profeta, pero si coincidimos que Política es todo aquello que concierne a la vida de la Ciudad (polis), entenderemos -- por la evidencia que a simple vista nos ofrece la realidad -- lo poco loable de la “política” en el lugar donde nos socializamos.
¿Cómo es ese sitio dónde convivimos y raras veces confraternamos? ¿Cómo es ese punto que, si no nos une, nos desune? ¿No arropa en su misma “Ley”? ¿Entonces cómo fue que llegó a identificarnos como asalariados, pobres, desempleados, ladrones, mendigos, drogadictos, infieles? ¿Quién manda y cómo? ¿Quién obedece y por qué?
A diferencia del fideísmo y su esperanza de rezar, creer y obedecer, con cada acto de autenticidad Política los ciudadanos -- alejándonos de los reinos de la especulación -- nos la estamos “jugando” por acercarnos un poco a la Democracia, estado ciudadano donde nadie puede gobernar o legislar sin “nuestra aprobación” y la gran sabiduría que en ella pueda existir.
Y si las cosas se encuentran tan “increíblemente” bien, como alegan los “políticos” en el poder, o tan “increíblemente” mal, como alegan los “políticos” en la oposición, la ignorancia de unos como la ignominia de otros deberían estar penadas con Exámenes de Participación Electoral, pues hasta ahora el VOTANTE --acompañado de su falso laicismo “político”, impregnado del incienso de la religión -- permite que la Política se desfigure y, en su nombre, atropelle la naturaleza de Salvedad Terrenal para la que fue creado el asuntos de la fe.
Los estragos, las omisiones, las falacias y las malversaciones de los fondos públicos, unidos las faltas a la moral, así como a los cada vez más frecuentes “desvíos” espirituales, deben encaminarse a una prensa heroica y cotidiana y a un lenguaje claro y de fácil acceso: el del Comentario Ciudadano.
El comentario ciudadano no es especializado, lo sabemos, pero habría que entender que ahí donde pica hay que rascar, que ahí donde duele no sólo hay que poner el “curita”, que ahí donde la sed genera la muerte del Cultivo Agrícola debería vaciarse la piscina del acaparador y apagar los cirios.
En una sociedad que se autodenomina “democrática”, por el puro gusto identificable de poseer un nombre -- que bien podría llamarse “Imperial” o “dictatorial”, o “Drácula mamando desde el sótano” --, la pregunta obligada es: ¿Para qué sirve un Partido Político?
Y agregaría: ¿Cuándo se hará éste responsable de los pocos aciertos y las muchas brutalidades de su cabeza pública?

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