sábado, 3 de abril de 2010

EL MAESTRO VISIBLE

EL MAESTRO VISIBLE
La resurrección de Cristo desde el interior

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Las cosas que le ocurren a un hombre, le ocurren a todos”.
Jorge Luis Borges. El Jesús más poderoso es aquel que resucita en ti, el que se confunde con tus actos más humildes y benevolentes.
Jesús renace para volverse un espejo de nuestros actos.
Cuando los actos instituyen el amor, Cristo está aquí.
Cuando los actos instituyen el dolor, Cristo es un cristal de cenizas rotas en la sangre de la humanidad.
Muere, lo volvemos a matar; lo llevamos a nuestro cráneo (gólgota, en arameo)y, equívocamente, lo re-crucificamos con los fríos y necios clavos de nuestro pensamiento.
Todo se vuelve oscuro y tiembla: los actos no saben lo que hacen.
La Cruz significa el cruce del espacio y el tiempo: el lugar donde estamos en este presente.
Cuando un hombre lee los Evangelios, lo único que hace es leerse en otro hombre.
¿En Mateo, Juan, Lucas, Marcos?
Sí, cuando alguien lee los Evangelios lo único que logra es leerse a uno mismo: Cristo que desde el interior se exterioriza.
Esto es así, porque la principal lección de toda literatura es que ella misma se nos ofrece como herramienta -- depurando los sentidos de las intoxicaciones ideológicas y de las sólidas metáforas religiosas -- y nos enseña a derribar las barreras abstractas del tiempo y las fronteras conceptuales del espacio.
La historia y la geografía no reemplazan ni sustituyen al espíritu humano.
Es un visión equívoca otorgarle evolución a los sueños: hay que saber que son nuestros los mismos sueños de José, sencillamente porque no hay otra manera de soñar.
Geómetras del fundamentalismo y del Partido (dividido): lo escrito por otras religiones no hablan de cosas diferentes. El canon, la ley, el sutra o el mandamiento, es la misericordia, la benevolencia y la inteligencia. Es decir, el mensaje centrado aquí (†) ahora en Jesús.
El amor no existe, sólo existen los actos de amor (pero no hay que actuar a ciegas, sino desde la claridad de la existencia del mal, porque luego lo “actos” no saben lo que hacen).
Renacido en nosotros, Cristo se vuelve la capacidad de hacer antes que la de parecer o sólo decir.
Tenemos la paz y el perdón, la humildad y la alegría. ¿Para qué más milagros?
La bondad de un Dios -- el que te elija -- nos es la única responsabilidad.

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