jueves, 29 de abril de 2010

EL OBSCENO PÁJARO ELECTORAL

EL OBSCENO PÁJARO ELECTORAL
Malvivimos en un infierno de salvadores

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Vivir muriendo es una manera de dar la razón a un Sistema que desprecia a los vivos”.
Eduardo Galeano.Seré bondadoso, haré una excepción... Hablaré una vez más, a mi manera, de Política. Valoremos pues las cuestiones partidistas, donde los perros son tan queribles como respetables los gatos. Y es aquí, en esta paradoja -- partidaria, en la ilusión de encontrarnos divididos --, donde resulta una verdadera lástima que el ciudadano esté contaminado por la servil costumbre de votar antes que la de pensar.
Bueno, después de tanto inútil despilfarro económico-electoral, sólo un creyente poseído por el escepticismo se quedaría con el deseo colgando de la mano (la publicidad funciona de la mano del diablo, que es un seudónimo que utiliza el Creador para no quemar el buen nombre de los “interesados”).
Valorando lo improcedente y desechando lo insensato, observa con claridad que en este lodo pútrido tenemos que caminar. Avanzar hacia lo desconocido: protestando, denunciando o resistiendo.
Podemos decir, si eso nos consuela: la dignidad, la lucidez y la lucha también son “bienes democráticos”, beneficios peleados a sangre y fuego por el hombre. Sí, porque más terrible que votar, y entretenerte en recontar los votos amañados, es no saber para qué demonios “votas”.
Es aquí, en el continuo acecho de los vicios del consumismo y el fortalecido resquebrajamiento de la religión como refugio, en el recuperado nihilismo de la juventud apática y en el más que evidente desmoronamiento de la esperanza social, donde se deberían replantear las despreciables razones que orillan a los ciudadanos a confundir las Sagradas ELECCIONES como sinónimo de la Divina DEMOCRACIA, y que dicho “bienestar” -- si logra instalarse, a través de los milagros de la Ley Electoral y los Militares -- incluya a los pobres, a los sectores más desposeídos de la población: asalariados, desempleados, mendigos, drogadictos, cadáveres, renegados, poetas e infieles... ¡Aah, y pecadores también!

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