sábado, 3 de julio de 2010

MURAKAMI, AMOR MÍO

Crónica del blues que dará cuerda al Nobel

COLUMNA CENSURADA
POR EL PERIÓDICO
EL VIGÍA

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Puede saberse lo que es el sufrimiento amoroso, pero no se sabe lo qué es el amor”.
Albert Camus.
I
HARUKI EN LA ORILLA
Se dice que Haruki Murakami (Kyoto, Japón, 1949) es uno de los escritores más importantes de la actualidad. Y no cabe la menor duda, después de leer y releer sus novelas en castellano publicadas por Tusquets Editores: Al sur de la frontera, al oeste del sol(aquella canción que popularizó Nat King Cole); Sputnik, mi amor; Tokio blues (Norwegian Word, Madera Noruega, título sustraído de una melodía de los Beatles); Crónica del pájaro que le da cuerda al mundo; Kafka en la orilla y el reciente libro de cuentos Sauce ciego, mujer dormida, el despliegue sostenible de la calidad de su escritura, en la más que magnífica traducción del japonés de Lourdes Porta -- suerte que en su momento no tuvieron los Nobel de literatura Yasunari Kawabata (1968) y Kensaburo Oé (1994) --, avala el amplio reconocimiento internacional y su reciente inclusión (The Guardian reseñó en mayo 26 de 2001 que tarde o temprano el novelista tendría que conseguir el premio Nobel de literatura) en el listado de los diez nominados al máximo galardón de las letras para un escritor vivo, entre los que destacan como favoritos -- en este orden -- cuatro grandes nombres: Philip Roth, Haruki Murakami, Claudio Magris y Amos Oz.
En la recta final: Haruki en la orilla, cerrando fuerte…
II
PÁNICO A LAS ALTURAS
Admirador de la cultura popular, ex regente por diez años de un Club de Jazz, asiduo amante de la música clásica, el blues, el jazz y el rock, y traductor de Raymond Carver y de Scott Fitzgerald a su lengua natal, Haruki Murakami no pierde tiempo en declarar su gusto por la existencia: “Tengo pánico a convertirme en una celebridad y tomo todas las medidas necesarias para que eso no ocurra. Nunca aparezco en la televisión, odio las fiestas, no doy charlas, no tengo amigos famosos, no tengo amigos escritores, no aparezco en librerías para firmar mis libros, no uso Armani sino shorts y tenis siempre, y no dejo que me saquen fotos ni suelo dar entrevistas”.
III
ERÓTICA ANDICTIVA
Con un estilo de sobria riqueza descriptiva que, por momentos, se transforma en metafórico surrealismo y termina instalándose en la pulcra belleza de un erotismo anticonvencional, por la dulzura y ternura que invierte en los sinceros diálogos de sus protagonistas, casi todos amantes:
-- ¿Soñabas estar mirándome así? ¿Mirándome y tocándome tú vestida y yo desnudo?
-- Sí -- dijo --. Llevaba mucho tiempo imaginando cómo sería tu cuerpo. Qué forma tendría tu pene. Lo duro y grande que se pondría.
-- ¿Por qué pensabas eso?
-- ¿Por qué? -- dijo ella --. ¿Por qué me lo preguntas? Ya te he dicho que te amo. ¿Qué hay de malo imaginar el cuerpo desnudo del hombre que amas? ¿Tú no has imaginado nunca mi cuerpo desnudo?
-- Sí.
-- ¿Y no te has masturbado nunca imaginándome desnuda?
-- Creo que sí. Cuando estaba en el instituto -- dije, pero me corregí --: No, no sólo entonces. He vuelto hacerlo hace poco.
-- Pues yo también lo he hecho. Imaginándote desnudo. Las mujeres también hacemos estas cosas, ¿sabes? (De Al sur de la frontera, al oeste del sol, pág. 228)
El crítico argentino Rodrigo Fresán comenta que el narrador japonés “hace cosas muy extrañas con el formato; cosas que evocan tanto el método con que David Lynch -- cineasta de mi total predilección -- injerta lo fantástico en la realidad como los procedimientos para entender el amor y el paso del tiempo”.
La narrativa de Murakami, entre la frontera de lo real invisible y lo inexistente descriptible, es una exploración más en la cartografía espiritual y carnal de la Condición Humana, a la que agregaría el comentario de Albert Camus: “Puede saberse lo que es el sufrimiento amoroso, pero no se sabe lo qué es el amor”.
IV
NADIE COMO NAKATA
Haruki Murakami mueve a sus personajes en una búsqueda que, dentro de lo evidente y constatable, es la del mismo narrador. Pero, ¿por qué diablos tendría que ser de otro modo? La imaginación y la fantasía no nacen en las parcelas de Júpiter ni los romances fragmentados son sólo desoladores en la lunas de saturno.
Veamos al Sr. Nakata, al tierno, sincero y maravilloso subnormal -- más normal que todos los putos normales de esta tierra -- que aparece en la Kafka en la orilla, batuta genuina en la orquestación de esta novela no lineal, quien cuando niño sufre un extraño accidente durante la guerra y que, después de ello, pierde la memoria y muchas de sus capacidades como leer y escribir…
Sí, Nakata no sabe leer ni escribir, pero no tiene una sola caries y nunca ha necesitado gafas. Tampoco ha ido al médico. No le duele la espalda y caga, como es debido, todas las mañanas. Y que en compensación a su desmemoria adquiere otras facultades, como la de hablar con los gatos, con Johnny Walker y el proxeneta Coronel Sanders (el mismísimo de Kentucky Fried Chicken), así como poder predecir algunos eventos antinaturales demasiado extraños.
¡Uf!, así la cosas con las tramas de Murakami. ¡Genial!
V
MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL
No estamos ante un novelista común, que empeña todo a la aventura, a la intriga o a la penetración psicológica. La narrativa de este escritor japonés es muy humana, demasiado humana en toda la extensión de la palabra, está mas allá del bien y el mal. Se podría decir, en palabras de Carlos Pagola, que el universo de Murakami “ayuda a penetrar en lo más hondo de un hombre lleno de ambigüedades y de dudas, de sombras y realidades virtuales, mágicas e indecisas”.

5 comentarios:

  1. Hola Rael,
    (No me resisto a dejar un comentario, espero que no te importe).
    Vaya, pues, sí que te gusta Murakami. Yo también leo todo lo que publica, libro que aparece, libro que compro.
    De todas formas, no todos sus libros me gustan, sólo algunos, además, esos personajes tan atormentados (Kafka por ejemplo) me cansan un poco.
    Hasta otra y un saludo,
    Bara

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  2. Poeta, que no le tiemblen las letras,
    porque si calla el cantor
    se queda sola, la esperanza, la luz y la alegría!

    La censura también se masturba a escondidas.

    ¿Qué hay de malo imaginar el cuerpo desnudo?
    Lo duro y Grande que se pondría!
    La verdad desnuda excita............. las concienscias y la de ellos eso es a la que temen.

    Gracias Rael, por tu Arrojo, Claridad y Valentía!
    mar

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  3. Salió con error por una bella razón;
    reafirmar una sentencia:
    La verdad desnuda excita............. las consciencias y la de ellos es a la que temen
    por eso tiemblan.
    Mar

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  4. Cómo se puede hablar de libertad
    si en la expresión es censurado
    llamar a las cosas por su nombre ...

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  5. Orale, este articulo si que suscito comentarios no?, me gusta cuando hay comentarios encontrados,por lo pronto el mio es a favor, tambien me gusta mucho Murakami, aunque por ratos tambien tengo que ponerle ganas para que no decaiga el interes en algunas partes como comenta Bara, pero es muy valido, asi tambien en algunos fragmentos me pasa con Saramago y sin embargo lo sigo hasta el final, saludos, Rosy. vay. Muy Bien, felicidades,

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