domingo, 11 de julio de 2010

COSAS DEL UNIVERSO

Un árbol en las sombras de la Escuela

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Pintaron de gris el cielo y el suelo se fue abrigando de hojas”.
Joan Manuel Serrat.
Hemos juntado las hojas desparramadas y se las hemos puesto a nuestro árbol de sombra, a esas varas desnudas y largas que refleja a esta hora el sol en el suelo...
“¡Hojas, muchas hojas -- insto a mis enanos hechizados --, como si nuestro árbol palpitara más allá de la armonía de los otros árboles!”
Alguien quiere un nido en lo alto de una rama…
“Mejor un pájaro que nos cante”, dice una niña y otro desea regalarnos la navidad con una estrella de lata...
“Hojas, muchas hojas como estas”, suelta de sus manos un niño.
Así estamos, gratificando de sueños a la realidad, cuando de repente todos nos quedamos boquiabiertos, sorprendidos, porque las hojas se van, se van en cámara lenta...
-- ¡Profesor, a las hojas se las está llevando el viento!
-- Sí, se van de nuestro árbol de sombra, se las lleva el tiempo...
¿Cómo explicarle a un niño de segundo año de primaria, en medio del milagro, que no es el viento sino el tiempo?
--Se van de nuestro árbol, con el movimiento del universo (y aquí hay que sostener la vista imaginando la navegación de los astros, la música de las esferas o las Variaciones de Goldberg, de Bach) que hace rotar la tierra...
A nuestras hojas se las está llevando el “viento” y el tiempo, porque la danza del cosmos es una alegría de juegos y vuelos...
Nuestros corazones laten, golpetean en un silencio de ojos abiertos ante el milagro de la sorpresa y la magia de comprobar que la vida será siempre lección...
Lección. Y, muchas veces, ternura.
¡Estamos felices!

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