martes, 20 de julio de 2010

¿A DÓNDE VAS, RAY?

Especulación sobre la realidad y un ojo perdido, eso es todo

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Un resplandor de luces y de centelleos, un inolvidable torbellino de desnudeces sonrosadas”.
A. Campanile.
Cuando uno piensa que la realidad definitivamente tiene que ajustarse a nuestros caprichos, lo más probable es que la realidad se haga a un lado y nos deje un vacío donde sólo anidará la especulación de esa realidad. Esto sucede con mayor frecuencia de lo que uno imagina. La gente no lo ve, no lo comprende, no es sensible a ello; pero la realidad se las arregla sola y nos entrega oportunamente sus evidencias en forma de cadáver.
Ray salta a la carretera poco después de una disputa con su mujer. Maneja ebrio de preocupación y cólera, mientras la fina lluvia nutre las cosechas de verano a las orillas de la carretera. Ray es licenciado en derecho y su mente se mantiene ocupada siempre en un remolino de tercas contradicciones legales y posturas éticas, probablemente hipócritas. Ray ama el loco cuerpo de su mujer y odia que ella no lo ame ni lo comprenda en su corrupción profesional. La cosa es trivial: él fuma demasiado, los Padres van perdiendo en la tercera, ya no hay cerveza fría ni caliente en el refrigerador, alguien pasa con la música a todo volumen, y la humedad está ya por oscurecernos.
Y en esa hora de nadie, entre la paranoia esquizofrénica de la ciudad, apenas si se distingue -- como una exquisita y rara nota de saxofón -- un sofocado desliz de llantas en el asfalto mojado, para que el conductor Ray no termine de decir ¡Dios mío! cuando lo negro lo abarque todo. Lo sabemos, no perdamos el tiempo en detalles: la lluvia en la carretera siempre llama a la muerte por su nombre técnico y ésta aparece puntual en forma de irresponsabilidad y catástrofe. No sé si me explico.
Ray murió intestado y uno de sus ojos, entre la sangre glaseada de vidrios rotos y sesos huidizos, lo ha de haber hurtado a picotazos una gaviota carroñera o a dentelladas una histérica rata de campo, porque no apareció ni fue encontrado. Mucha mierda de aspecto legal trajo el accidente del respetable Licenciado Ray, que su americanizada viuda ahora no sabe si preferir entre la estúpida vida con él o su engorrosa muerte administrativa. Especulación sobre la realidad, eso es todo.

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