domingo, 1 de agosto de 2010

EL CONCILIO DE LO HUMANO

Sabernos para empezar a conocernos

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Lo que se hace por amor acontece siempre más allá del bien y del mal”.
F. Nietzsche.
Tenemos que regresar a la sencillez del compromiso, a la confianza dulce de los amantes, a la lucha cotidiana, al gran significado de los pequeños detalles…
Tenemos que reinventar la vida, remontar el camino perdido, dejar la aventura infértil y concentrar la savia que existe en el corazón de toda experiencia.
Tenemos que entender que la felicidad no es una meta, sino una opción personal, una decisión que ayudará en mucho a mejorar nuestras existencias, una oportunidad de sabernos para empezar a conocernos.
Tenemos que hacer un esfuerzo grande, de dimensiones estratosféricas, y reconocer -- ya que no estamos preparados socialmente para ello -- que “estamos jodidos”, precisamente porque nos están jodiendo…
Tenemos que hacer que esto funcione, que la marginalidad participativa deje de ser una constante y que el hombre unido al hombre logre su mayoría, que crezca en número para su beneficio.
Tenemos que leer, de día y de noche o los fines de semana, agarrando un tiempito por aquí y otro por allá, pero proporcionándonos a través del libro los medios indispensables para identificar nuestra espiritual condición humana en el planeta.
Tenemos que soltarnos de las amarras del conformismo y cantar la generosidad y la solidaridad de nuestra participación, la canción de todos nosotros, la que nos llevará a crear conciertos y concilios para que el mañana sólo esté condicionado por el presente de nuestro empeño, lucha y valentía.
Tenemos que ir hacia la plenitud por el camino de la vida, no por el torturado carril de la sobrevivencia; nuestro sendero debe llevarnos hacia los postulados del bienestar… Y si no es así, quiere decir que andamos por la vía equivocada.
Tenemos que añadir a todo esto, la creciente miseria espiritual de todos los SATISFECHOS, que al no saber qué hacer con sus riquezas, le ofrendan a los más abandonados de esta tierra las sobras y las sombras de su pesadilla hipnótica y comercial, parábola donde el hambre viene de afuera pero muerde por dentro…

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