viernes, 20 de agosto de 2010

CATÓN

De alas vistas y otros ángeles benditos

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Hay libros que no parecen escritos para que la gente aprenda, sino para que se entere de que el autor ha aprendido algo”.
Goethe.Armando Fuentes Aguirre (Saltillo, Coahuila, 1938), conocido por todos nosotros -- principalmente en el mundo del periodismo y de quienes leen los periódicos -- como “Catón”, nos ofrece ahora en este su reciente librito maravilloso: “De abuelitas, abuelitos y otros ángeles benditos” (Editorial Diana) el testimonio, sobre todo en el arte de ponderar el estilo, de la belleza y la sensibilidad de manejar el relato conciso de una manera entrañable, en hacer de la brevedad de sus cuentos e historias el elemento para la risa sentimental -- que nos es cualquier risa -- y hacernos pensar y meditar sobre el milagro que es la vida, y el precioso vínculo que hay, en este caso, entre los nietos y sus abuelos, “y otros ángeles benditos”.
Siendo “Catón”, sin la menor duda, el columnista más leído de México, con su reconocidísimos artículos diarios, como lo son “Mirador” y “De política y cosas peores”, así como los demás relatos, reflexiones, chistes y aforismos diseminados por casi la totalidad de diarios nacionales y periódicos extranjeros en habla hispana.
Aquí tenemos la fortuna de leerlo todos los días en El Vigía, con sus quintillas “Manganitas” y las otras columnas ya mencionadas -- “Mirador” y “De política y cosas peores” --, de donde surgen algunos de los bellos relatos que nutren el libro “De abuelitas, abuelitos …”
Ameno y profundo, su documentación data desde ser el más prestigiado periodista y cronista de la ciudad de Saltillo, su tierra natal, y donde es indudablemente uno de los personajes más interesantes y polifacéticos de Coahuila.
Como se los vengo comentando, Don Armando Fuentes Aguirre escribe sus columnas todos los días de la semana, los 365 días del año, “con excepción,” aclara, “de los años bisiestos, en que escribe los 366 días”, las cuales se publican en 156 periódicos nacionales e internacionales.
Cuando se señala el contraste que existe entre las columnas que escribe para los diarios Reforma y muchos otros, tituladas De política y cosas peores y Mirador, confiesa que algún lector, ignorante de que Catón y Armando Fuentes Aguirre, son la misma persona, y “reprobando el colorido de sus chistes en su columna política, le sugiere seguir el ejemplo del autor de Mirador, su vecino de columna”, y no explotar el morbo plácido de esos personajes de nombres peregrinos: Herminia Camafría (Madura señorita soltera); don Algón; Babalucas; Susiflor; Rosibel y Dulcilí; Martiniano y su feroz mujer, doña Jodoncia…
En “De abuelitas, abuelitos y otros ángeles benditos”, comenta que “Es el gusto inmenso de mi vida, el dar gracias a dios por ese don de la vida y el poder compartir esa felicidad y alegría con mi prójimo y mis 10 nietos”.
“Aquí está mi vida y ese perfecto amor filial, que es el amor del abuelo por sus nietos”, asegura.
En esta majestuosa publicación, por su invaluable contenido y su galante presentación editorial, “Catón” explora el secreto que une a los abuelitos con sus nietos y describe las venturas y aventuras de esa preciosa relación. “En las páginas de este libro -- agrega -- hay amor y humor, risas, ternura y emoción”, las bondades con que los abuelos y abuelas acurrucan el ideal, siempre placentero, siempre glorioso, de ofrecerle alas a nuestras expectativas de carne y hueso.
De acuerdo con el escritor, una frase resume el sentimiento de quien lo siente: “si hubiese sabido antes lo que es ser abuelo, habría tendido primero a mis nietos y luego a mis hijos”.

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