martes, 3 de agosto de 2010

LA FOTO DE MI HIJA

Los dos viajábamos en mi viejo y querido Jetta azul, desgreñados con Beethoven a todo volumen…

Rael Salvador
rael_art@hotmail.com

“Hay dos temas en la vida del fotógrafo: el tema de vivir y el tema de ver”.
Bernard Plossu. Me gusta esa foto de mi hija.
Está frente a mí, en la pared blanca que la sostiene, con un certificado simulado (el original lo entregaron otro día), toga y birrete oscuro, quizá pensando que su padre la quiere mucho.
No lo sé, pero espero que mi suerte sea así y lo que digo sea cierto.
Que Danahe me quiera mucho…
Sus ojos me miran, se sostienen fijos en los míos y yo sólo digo “me vencerá”, pues las fotografías no parpadean.
El marco es de roble, la más recta y límpida de las maderas… En realidad, no sé por qué me distraigo en periferias.
¿No será que la amo demasiado y necesito rehuir al compromiso?
Debería de saberlo y no lo sé.
Esa fotografía me acompaña desde hace mucho tiempo, es el testimonio de cuando los dos viajábamos en mi viejo y querido Jetta azul, desgreñados con Beethoven a todo volumen, al Jardín de Niños cerca de la casa de su abuela…
Ella, siendo aun un crío hermoso, sonriente y asombrado de las cosas de este mundo, le escribió un carta al gran compositor alemán, acusándome bondadosamente: “Mi papá pone tu música en el carro cuando me lleva al Jardín de Niños. Ahí he escuchado con dulzura tu composición Para Elisa, que además quiero decirte que me parece algo muy grande y maravilloso. Papá me cuenta que conociste a Mozart y que él dijo que tu música sería algo importante para la humanidad.
Bueno, yo sólo quería que supieras que me gusta mucho lo que haces, sobre todo tu Pastoral, y que tal vez algún día llegue a conocerte en una película que dice mi papá vio alguna vez. Beethoven, no quiero molestarte, pues sé que estás trabajando mucho en tu música. Sólo quiero decirte una última cosita: Te quiero... y que mi papá me regaló un pianito que toca la melodía Para Elisa”.
Ahora que está de vacaciones, fuera del país, con Konay, la busco y sus ojos me miran, se sostienen fijos en los míos y yo sólo digo “me vencerá”, pues las fotografías no parpadean.

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